Todo recomenzó una noche
de invierno crudo de enero.
de invierno crudo de enero.
Las calles del todo vacías,
la nieve cual si diluvio,
reina el sosiego y el silencio.
Se oye un estridente disparo
en el piso del vecino
y la caída estrepitosa
de su grande y torpe cuerpo.
Un año más la pesadilla
del listón de asesinatos
en el bello pueblo del norte,
tan apacible y tranquilo
excepto el invierno pasado.
Doce muertos había sido
el saldo corroborado
y las huellas del asesino
borradas ya de antemano.
Ahora, una vez más, por desgracia,
¿asesino sin salario?
volvería a robar la calma
la Mano Negra del Loco,
como lo habían bautizado.
Pero esta vez sí, ¿Guante Blanco?,
in situ al fin sorprendido,
justicia se haría al instante
por su mismísima mano.
(Año 1996)